Una asociación de 5 mil académicos se ha convertido desde el lunes pasado en la mayor organización académica estadounidense que se une al boicot a las instituciones académicas israelíes.
La American Studies Association [Asociación de Estudios Americanos, ASA, en sus siglas en inglés], que se autodefine como “la asociación más antigua y más extensa del país dedicada al estudio interdisciplinario de la cultura y la historia de Estados Unidos”, anunció el lunes que sus miembros han aprobado una resolución que estipula que la organización “respalda y cumplirá con honor el llamamiento de la sociedad civil palestina al boicot de las instituciones académicas israelíes”.
La resolución, que se presentó el año pasado y fue aprobada unánimemente por el consejo nacional de la ASA el 4 de noviembre, atrajo un número de votantes sin precedentes de los que un 66.05% respaldaron la resolución, un 30,5% votaron en contra, y un 3,43% se abstuvo, según el comunicado de la ASA.
“La abrumadora mayoría que votó a favor de la resolución ilustra nuestra negativa a ser cómplices de la agresión por parte de Israel”, sostiene ante Common Dreams Steven Salaita, profesor asociado de Inglés en la Universidad Tecnológica de Virginia y miembro del grupo de activistas de la ASA. “Esta posición en solidaridad con la libertad palestina es histórica y marca una nueva era de compromiso con las poblaciones colonizadas”.
La resolución fue aprobada con un amplio apoyo de los miembros de la ASA, incluida la reconocida activista, autora y académica Angela Davis. “Las similitudes entre las prácticas históricas de [la legislación de segregación racial estadounidense de] Jim Crow y los regímenes contemporáneos de segregación en Palestina Ocupada convierten esta resolución en un imperativo ético para la ASA”, escribía. “Si hemos aprendido la lección más importante que promulgó el Dr. Martin Luther King —que la justicia es siempre indivisible— debe quedar claro que un movimiento popular en solidaridad con la libertad de Palestina debería haberse establecido hace tiempo”.
La ASA ha hecho frente a una avalancha de críticas y ataques por parte de fuerzas pro-israelíes, incluyendo el llamamiento del ex presidente de Harvard y funcionario del gobierno de Obama, Larry Summers, a boicotear la ASA apelando a que la resolución viola la libertad académica y perpetúa el antisemitismo.
Sin embargo, Alex Lubin, director del Centro para el Estudio y la Investigación de América en la Universidad Americana de Beirut, criticó ferozmente tales acusaciones escribiendo el mes pasado en La Nación que:
“[…]La libertad académica significa muy poco cuando se lleva a cabo en un contexto de segregación y apartheid. El cambio llegó al sur de Jim Crow no a través del diálogo académico, sino a través de la protesta y, en algunos casos, a través de boicots a las instituciones que favorecían la segregación. El cambio se produjo en el sistema de apartheid en Sudáfrica no a través del diálogo académico, sino a través de la protesta, de la resistencia y de un boicot internacional. Quienes valoramos la libertad académica debemos luchar siempre para garantizar que el mundo que rodea a lo académico proporcione los derechos humanos básicos que hagan posible la vida académica”.
La resolución de boicot tiene como objetivo abordar un caso de la profunda discriminación contra los palestinos y es consecuente con la previa aprobación por parte de la ASA de posiciones antirracistas en otras áreas”, declaraba Lubin al aceptar la resolución. “La resolución no va dirigida contra los israelíes, los judíos, ni contra ningún individuo; de hecho, el apoyo de la ASA al boicot afirma su oposición a toda forma de discriminación racial, incluidas, pero no limitadas, al antisemitismo y la islamofobia”.
El llamamiento al Boicot, la Desinversión y las Sanciones contra Israel surgió de las organizaciones de la sociedad civil palestina en 2005, en un intento de obtener para los palestinos derechos humanos, autodeterminación y libertad de la ocupación, sirviéndose para ello de tácticas similares a las aplicados para transformar la Sudáfrica del apartheid.
El activista palestino Omar Barghouti escribe en The Nation que 2013 ha sido testigo de grandes avances en el sector académico de este movimiento BDS:
“[…] Hace días, a través de una carta de apoyo a la ASA, el Departamento de Estudios Étnicos de la Universidad de Hawai se convertía en el primer departamento académico de Occidente que apoyaba el boicot académico a Israel. En abril, la Asociación para los Estudios Asiáticos-Americanos respaldaba el boicot —la primera asociación académica profesional de Estados Unidos que lo hacía. En ese mismo tiempo, el Sindicato de Docentes de Irlanda reclamó por unanimidad de sus miembros que “cese toda colaboración cultural y académica con el Estado de apartheid de Israel”, y la Federación de Estudiantes de Habla Francesa de Bélgica (FEF), en representación de sus cien mil miembros, adoptó “la congelación de todas las asociaciones académicas con instituciones académicas israelíes”. También este año, los consejos de estudiantes de diversas universidades estadounidenses, entre ellas la Universidad de California Berkeley, llamó a la desinversión en las empresas que se benefician de la ocupación de Israel.
El texto completo de la resolución de la ASA reza así:
Considerando que la Asociación de Estudios Americanos está comprometida en la búsqueda de la justicia social, en la lucha contra todas las formas de racismo, incluyendo el antisemitismo, la discriminación y la xenofobia, y en la solidaridad con los pueblos agraviados en Estados Unidos y en el mundo;
Considerando que Estados Unidos juega un papel importante al permitir la ocupación israelí de Palestina y la expansión de asentamientos ilegales y del Muro en violación del derecho internacional, así como al apoyar la discriminación sistemática contra los palestinos, que ha producido un documentado y devastador impacto en el bienestar general, en el ejercicio de los derechos políticos y humanos, en la libertad de circulación, y en las oportunidades educativas de los palestinos;
Considerando que no existe libertad académica efectiva o real para los estudiantes y académicos palestinos bajo las condiciones de la ocupación israelí, y que las instituciones israelíes de educación superior forman parte de las políticas del Estado de Israel que violan los derechos humanos y tienen un impacto negativo en las condiciones de trabajo de los académicos y estudiantes palestinos;
Considerando que la Asociación de Estudios Americanos es consciente de que los académicos y estudiantes israelíes críticos con las políticas del Estado de Israel y que apoyan el movimiento internacional de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) se encuentran en condiciones de aislamiento y bajo amenaza de sanción;
Considerando que la Asociación de Estudios Americanos está comprometida con el derecho de estudiantes y académicos a continuar sus estudios e investigaciones sin interferencia, represión y violencia militar indebidas por parte del Estado, y en mantener el espíritu de sus declaraciones anteriores apoyando el derecho de los estudiantes y académicos a la libertad intelectual y a la disidencia política en tanto que ciudadanos y académicos;
Resuelve que la Asociación de Estudios Americanos (ASA) respalda y cumplirá con honor el llamamiento de la sociedad civil palestina al boicot de las instituciones académicas israelíes. Resuelve asimismo que la ASA respalda los derechos protegidos de estudiantes y académicos de todo el mundo para participar en la investigación y el debate público sobre Israel-Palestina y en apoyo al movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS).
Autora: Sarah Lazare para Common Dreams / Traducción para Rebelión de Loles Oliván.
Aquest article d’opinió ha estat publicat al we oicpalestina.org
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