Los 21 ex-reclusos de Cisjordania llegaron en autobús a la Muqata, sede del gobierno en Ramallah, donde fueron recibidos por el presidente palestino Mahmud Abbas y otros miembros del gabinete palestino, así como decenas de personas cercanas y familiares. “Damos la bienvenida a nuestros hermanos héroes que dejan atrás las rejas hacia un mundo de libertad”, dijo Abbas a la multitud. «Esta es la segunda celebración y en dos meses habrá una tercera y una cuarta, hasta que todos los prisioneros sean liberados», añadió. Los cinco presos restantes fueron puestos en libertad en Gaza, donde cientos de personas se congregaron para darles la bienvenida al paso fronterizo de Erez.

La liberación forma parte de un acuerdo que consta de cuatro etapas, donde deben ponerse en libertad un total de 104 prisioneros palestinos de larga duración. Los presos que conforman el acuerdo fueron sentenciados antes de los Acuerdos de Oslo, el primer acuerdo israelí-palestino interino que se firmó hace 20 años. Éste es el segundo grupo de prisioneros liberados, después de que el primero fue puesto en libertad el pasado 13 de agosto.

Protestas en Israel contra la liberación de los prisioneros
Como ya ocurrió el pasado agosto, la liberación del segundo grupo de prisioneros palestinos ha provocado críticas y protestas a la derecha nacionalista israelí. El pasado lunes se reunían fuera de la cárcel de Ofer alrededor de 2.000 israelíes que corearon consignas como «¡Muerte a los terroristas!»

La tensión también ha sacudido a la coalición del primer ministro Benjamin Netanyahu. El ministro de Vivienda israelí Uri Ariel, un político de línea dura del partido de extrema derecha nacionalista Hogar Judía, se encontraba entre los manifestantes y afirmó que se comprometería a “responder” a la liberación de prisioneros con la construcción de más asentamientos.
Por su parte, la asociación israelí de víctimas del terrorismo, Almagor, presentó una petición a la Corte de Justicia contra la liberación de los reclusos que el Tribunal Superior de Israel rechazó posteriormente.

La construcción de asentamientos ilegales continúa
Horas después de liberar a los reclusos palestinos, el Gobierno israelí aprobó la construcción de 1.500 nuevas viviendas en el asentamiento ilegal de Ramat Shlomo, Jerusalén Este. Llueve sobre mojado. Ya en agosto con la liberación del primer grupo de reclusos palestinos, el Gobierno israelí anunció la construcción de más de 2.000 viviendas para colonos en los Territorios Ocupados.
Incluso la portavoz de la Unión Europea de Asuntos Exteriores, Catherine Ashton, advirtió meses atrás de que la aprobación de nuevos asentamientos ilegales en Cisjordania amenazaría con realizar las Negociaciones de Paz con los palestinos «imposibles».

Sin cambios reales en la política de represión israelí
Según Addameer, organización que trabaja por los derechos de los prisioneros palestinos, no ha habido ningún cambio en la política israelí de detención y encarcelamiento en los Territorios Ocupados y Gaza desde el inicio de las negociaciones. Con una media de 400 detenciones por mes y 1100 arrestados desde el regreso a las Negociaciones de Paz en julio, se pone de manifiesto la situación de represión sistemática que arrastra a la sociedad palestina.

La asociación, muy crítica con el proceso de liberación selectiva de reclusos, afirma que “no garantiza el fin de las políticas de detenciones masivas y detenciones arbitrarias de Israel, ni garantiza los derechos de los más de 5.000 presos que están detenidos actualmente ”, entre los que 137 se encuentran en detención administrativa, sin cargos ni el derecho a un juicio.
La insistencia de Addameer en la cuestión de los presos no es gratuita. Si se revisa la historia reciente se puede observar cómo procesos de paz como los de Sudáfrica y el Norte de Irlanda remarcan la importancia y la centralidad de la liberación de prisioneros para conseguir una paz justa y duradera.

PAZ FABREGADO / @PAU_FABREGAT | 30/10/2013

Esta noticia ha sido publicada en el sitio web www.semanaridirecta.info